Salmo 7:10 Reflexión y Estudio

Así como hay quienes estudian el cielo y las estrellas o los números con algún teorema hoy traemos una reflexión y estudio del Salmo bíblico 7:10. 

Reflexión y Estudio del Salmo 7:10

Decir que "mi escudo está en Dios" es afirmar fidelidad y lealtad con el Señor, es la mayor declaración de fe que un creyente puede hacer ante el cielo o un altar.

Salmo 7:10
Salmo 7:10

Expresar esas cortas palabras, quiere decir que ponemos nuestras ilusiones, defectos y debilidades bajo su intercepción misericordiosa y divina.

El señor indirectamente durante toda La Biblia, nos pide que siempre recurramos a él en todo momento, que sea él quien muestre el camino más idóneo. 

Debemos como sus hijos, aprender de todas las enseñanzas que nos deja ver todos los días y comprendamos nuestro lugar en la vida.

Durante el peregrinaje del pueblo de Israel hubo un gran problema muchos se enfocaron en otros intereses y se olvidaron de Dios. 

Estos hombres preferían realizar otras actividades o trabajos extras que dedicarle unos minutos a la palabra y su contenido. Pasaron desapercibidas los secretos de sus enseñanzas.

El Señor siempre los perdonó por sus errores, pero no les otorgó en su totalidad los sueños que aspiraban, todo por no regirse en las leyes divinas del supremo.

Reflexión del Salmo 7: 10 “Mi escudo está en Dios que salva a los rectos de corazón”

Este es el salmo perfecto para reflexionar sobre los actos injustos que a veces cometemos en contra de Dios sin querer. 

Debemos tener en cuenta que él siempre debe estar por delante de nuestros pasos, es él quien debe encaminar nuestro destino por el camino de su bondad y amor

Pero en ocasiones, las tentaciones son más fuertes, y hacen que perdamos el foco de lo que es verdaderamente importante. 

En la palabra encontramos a un pueblo que era el más fuerte de Israel,  porque ponía la fe sin temor en el Señor y este siempre era recompensado. 

Se conocieron por vivir siempre en paz con la palabra divina y a cambio obtenían ganado suficiente, alimentos, y en la mayoría de las ocasiones eran salvados de las atrocidades de la época.  

En los momentos de más tempestad, es momento de poner una mano en el pecho y repetir las sabias palabras: “Mi escudo está en Dios que salva a los rectos de corazón”. 

Pero es una frase que también tendremos como protección y debemos repetir cuando estamos en el punto más alegre de nuestra vida, en compañía de amigos y seres queridos.

Venerar a Dios es una tarea de tiempo completo, es darle gracias por todo lo que otorga a nuestras vidas. 

Es aceptar y demostrar la fe. Como creyente debemos estar de acuerdo con todos los hechos que tiene el supremo para nuestras vidas. 

Porque cada eventualidad forma parte de un destino escrito que debemos entender y seguir las leyes de Dios.

joel

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